Aunque todo proyecto de arquitectura debe asegurar el bienestar y la seguridad de sus ocupantes, los espacios hospitalarios deben ser especialmente saludables, ya que serán utilizados en su mayoría por personas propensas a enfermar o a empeorar su condición inicial. Por este motivo, su diseño no sólo debe apoyar los procedimientos médicos y permitir su desarrollo en óptimas condiciones, sino que además debe asegurar que el entorno se mantenga esterilizado y limpio en todo momento.
¿Cómo funcionan los materiales que combaten la aparición de bacterias patógenas? ¿Es posible mejorar la higiene y salubridad del ambiente sin descuidar la estética del espacio? Revisamos el caso de las superficies sólidas Krion®, utilizadas ampliamente en el sector sanitario pero también en proyectos residenciales, comerciales y de oficinas.
En palabras simples, las bacterias son los microorganismos más abundantes en el planeta Tierra. Crecen en todo tipo de ambientes, e incluso algunas pueden sobrevivir en el espacio exterior. Aunque la mayoría de las bacterias entregan beneficios al medio ambiente y al ser humano, existen bacterias patógenas que causan enfermedades infecciosas, habitualmente respiratorias, intestinales y contagiosas. Para reducir el riesgo de infección, nuestro entorno debe ser lo más antiséptico posible, es decir, sus materiales deben inhibir la fijación de bacterias y evitar la formación de biopelículas bacterianas que puedan hacernos enfermar.
Las superficies y elementos que conforman los espacios que habitamos pueden alojar fácilmente bacterias de todo tipo, y su nivel de adherencia depende directamente de su composición física y química. Desde nuestros propios teléfonos celulares hasta las manillas de las puertas, pasando por nuestros escritorios y los mesones donde manipulamos alimentos, un espacio interior está lleno de lugares biocontaminados. Y aunque el lavado de manos y la desinfección de las superficies puede ayudar efectivamente, la elección de los materiales correctos puede potenciar la salubridad y la higiene del lugar que habitamos.
Por esto, las superficies homogéneas, sin poros y con propiedades antibacteriales, son ampliamente utilizadas en recintos hospitalarios, donde el nivel de salubridad debe ser extremo. En la actualidad, sin embargo, la preocupación por la calidad ambiental de los espacios interiores abarca todo tipo de proyectos.
La superficie solida Krion®, desarrollada por Porcelanosa Grupo, es un material aterciopelado al tacto, similar a la piedra natural, que incluye propiedades avanzadas que permiten evitar la proliferación de bacterias y hongos. Se compone de dos terceras partes de polvo de trihidrato de alúmina (ATH) –de alta pureza química– y una tercera parte de monómeros avanzados, además de otros aditivos que favorecen su aplicación en interiores de carácter sanitario. Al fabricarse tanto en planchas de gran formato como en figuras termoformadas, permite revestir grandes superficies continuas sin juntas perceptibles, evitando la absorción de líquidos y la acumulación de agentes patógenos en sus uniones, entregando una estética limpia.
Este tipo de superficies sólidas puede utilizarse en muros interiores y exteriores, y en el diseño de mobiliarios como encimeras, mesones de trabajo y equipamientos para baños y cocinas. En todas estas aplicaciones, las superficies pueden limpiarse fácilmente, resistiendo eficazmente a los ácidos concentrados, como el ácido sulfúrico o clorhídricolo, o a los químicos presentes en limpiadores o desinfectantes. En el caso específico de los proyectos sanitarios, pueden incluso soportar el contacto con el líquido revelador de rayos X, la tinción de Wright, el azul de metileno, la betadina, o la sangre.
Existen aditivos que entregan propiedades antibacteriales a los distintos materiales, liberando agentes químicos desde la superficie para atacar bacterias en circulación o injertándolos en ella para evitar la adherencia de bacterias a la superficie. [1] Sin embargo, la normativa REACH (Registration, Evaluation, Authorisation and Restriction of Chemicals) ha identificado 161 sustancias presentes en aditivos que podrían considerarse potencialmente nocivas para la salud o el medio ambiente, como por ejemplo, el Bisfenol A.
Es importante, entonces, analizar la composición de los materiales y productos disponibles, y preferir aquellos que presenten propiedades antibacteriales con base en su propia composición, tal como identificamos anteriormente en las superficies Krion®. Los productos compuestos por metales intrínsecamente antibacterianos –como la plata, el cobre, el oro y el zinc– han demostrado ser igualmente efectivos en este sentido.
Los minerales presentes en algunas superficies pueden incluso reaccionar a la luz del sol, permitiéndoles entrar en contracto con la humedad y el oxígeno del ambiente. Este proceso, llamado Fotocatálisis, libera una serie de móleculas que pueden unirse a las partículas contaminantes, generando móleculas complejas que no perjudican al ser huamano, depurando el aire. Este efecto es también producido por la superficie Krion® K·Life.
Los beneficios de los materiales antibacteriales aplican para todo tipo de proyecto y, por su variedad de terminaciones, colores y texturas, están siendo aplicados cada vez más en interiores residenciales, e incluso en edificios culturales, hoteles, restaurantes y espacios públicos. En cualquiera de los casos, recomendamos siempre indagar en los componentes de los materiales y productos especificados, poniendo especial énfasis en los ensayos y testeos científicos que permitan asegurar su acción efectiva ante microorganismos patógenos, de acuerdo a las diversas normas internacionales.
Encuentra más información relacionada aquí.
Referencia
[1] D. Sun, M. Babar Shahzad, M.Li, G. Wang, and D. Xu. (2015). Antimicrobial Materials with Medical Applications. Research Gate. Disponible aquí.